lunes, 8 de abril de 2024

JAMAS LA VENDAS NI LA COMPRES

                              

            P O E M A S

Las obras de mi autoría publicadas aquí o en otros sitios de 
la Internet, son de distribución LIBRE y GRATUITA, siempre que sea sin fines de lucro, respetando el texto y citando al autor. Si lo haces, me gustará saberlo. Será un placer que alguien los encuentre útiles para obtener fondos destinados a un fin solidario comprobable como, por ejemplo, ayudar a niños pobres. ¡Que DIOS te bendiga!

"Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente" 

SI ME PIENSO SIN TI...




Foto Google



Si me pienso sin ti

en este aquí,

en ese allí,

en cualquier espacio recorrido

o a recorrer,

me percato que vivir

es la suma de los momentos vividos

con tu imagen,

con tu corporalidad,

con tu estar materialmente al lado mío,

y que sin ti

lo de aquí

o lo de allí,

lo cognoscible

que reste en el camino,

no puede nunca

tener igual sentido,

es sin valor,

pues tu existencia es una forma

de mí latiendo en ti,

de mi yo

dentro de otro individuo,

mi alter ego eres tú,

y sin ti, yo

soy un sin mí,

un recipiente vacío,

como también serías tú,

yo lo presumo,

sin mí,

porque sucede

a todo aquel que para sí,

entre muchos,

sólo a un ser ha preferido,

que ese ser es lo todo

para uno

y que no hay nadie

ni nada ante nosotros

cuando ese ser

se ha ido.

REFLEXIÓN SOBRE UN CASA




Foto Google



Se afirmó sobre la parcela

más sólida del terreno,

plantando allí sus pies

de piedra, acero y cemento.

Desde entonces se irguió despacio,

con ladrillos y argamasa

cabalmente tejidos,

hasta alcanzar la altura

que su función prescribe.

Se cubrió de tejas

contra el sol y la lluvia,

y amplió su propio espacio

con puertas y ventanas.

Puedes verla maciza,

inamovible,

fuerte.

Así debiera obrarse

en la hechura de un hombre:

trabajar sobre firme,

de abajo para arriba;

dejaríamos de ser

tolderías temblorosas.



Daniel Adrián Madeiro

Todos los derechos reservados

Copyright © Daniel Adrián Madeiro.



REFLECTION ON A HOUSE



There one affirmed on the most solid

parcel of the land,

planting its stone feet,

steel and cement.

Since then one straightened up slowly,

with bricks and it

exactly plasters weaves,

until reaching the height

that its function prescribes.

One covered with roofing tiles

against the sun and rain,

and extended its own space

with doors and windows.

You can see makes solid it,

unremovable,

strong.

Thus it had to be built

in the form of a man:

to work on firm,

of down for above;

we would stop being

trembling tents.



Daniel Adrián Madeiro

Translate by: Millaray Ruiz (a friend in the distance)

FUTBOL




Foto Google





Al mayor amante del fútbol que conozco,


mi hijo, Damián





En una cancha inmensa, de pastos siempre verdes,

veintidós se preparan para la competencia

y tiñen de colores al monótono césped

con sus vivas casacas. La pelota está quieta.



Un juez serio, de negro, en el centro del campo,

mira a los jugadores y a sus dos asistentes,

sincroniza relojes, pita fuerte el silbato.

En las tribunas cantan. La pelota se mueve.



Del medio campo parte un pase al área chica,

recibe el delantero que queda frente al arco,

sus nervios lo traicionan; el arco se le achica;

patea y la pelota va sobre el travesaño.



Las hinchadas disputan la primacía en cantos.

En la cancha se suda, se corre y gambetea;

los rivales se esfuerzan por conquistar un tanto;

un cuatro traba a un nueve. La pelota va afuera.



Mas tras la tensa espera la algarabía explota,

el balón cayó exacto sobre el virtuoso pie

que hace gritar el gol, porque ya la pelota

evadió los tres palos y se estrelló en la red.



Daniel Adrián Madeiro

Copyright © Daniel Adrián Madeiro.

Todos los derechos reservados para el autor.

NOBLE PADRE




Poema hecho en los primeros años de mi adolescencia




Foto Daniel Adrián Madeiro



Tú sembraste la semilla

en el vientre de mi madre,

ayudaste a que existiera

éste, el que hoy quiere cantarte.

Imagino tu alegría

secreta dentro del alma,

porque mi madre abrigaba

un ser entre sus entrañas.

Quién sabe que habrás sentido,

en el momento en que entraste

a verme por primera vez, a mí,

el que hoy quiere cantarte.



Noble Padre, yo te canto

esta pobre poesía,

te canto un enorme ¡Gracias!

¡Muchas Gracias por la Vida!.

Muchas gracias por las horas

que dedicas día a día

a trabajar para darnos:

ternura, abrigo y comida.

Gracias, Padre, por existir,

por ser la luz encendida,

por no querer ser la sombra,

por querer ser la alegría.

Tú tuviste tus errores,

tú tuviste tus defectos,

mas... cuantas veces caíste

te levantaste de nuevo.



Seguiste siendo la fuerza,

seguiste siendo el camino.

Te pareces a José,

el carpintero judío,

pues también eres carpintero,

trabajador y sencillo;

y si tus manos son ásperas

a causa del sacrificio,

saben dar suaves caricias,

como las manos de un Cristo.



Noble Padre, ¿Qué otra cosa

puede decirte tu hijo?.

Que eres bueno, que eres justo,

que guardas algo de niño;

que yo y todos los tuyos

te agradecemos tu olvido

de no pedirnos las gracias

por todo tu sacrificio.



Noble Padre, ¿Qué decirte,

que ya antes no te haya dicho?.

Noble Padre, mi mayor orgullo

es el saberme tu hijo.



Daniel Adrián Madeiro

CAMILA




Foto Daniel Adrián Madeiro



En tu sonrisa inmensa,

inocente,

fresca,

mi hastío reposa

de tanta rutina.

Tus minúsculos brazos

me atan a tu alma

y me ayudan a ver

otro mundo posible.

Tus besos son

gorriones de amor

que hicieron nido

sobre mi corazón

para llevarte siempre.



Daniel Adrián Madeiro



Copyright © Daniel Adrián Madeiro.

Todos los derechos reservados para el autor.

LA CARICATURA




Fotos Google. Composición D A Madeiro



La caricatura

se hizo...

violencia y fuego,

metida dentro de la masa.

La mecha prende,

la razón oscurese.

Se habla de libertad

y se hace callar el grito.

Colores rojos,

sangres azules,

prisiones panópticas

y anuncios poderosos

se aproximan a la noche,

la que viene,

la que buscamos

sin hacer,

sin gritar,

sin llorar,

desarmados

como vaca al matadero.

Unos contra otros.

Complejos sistemas

al servicio de las tinieblas.

El poder,

el perdedor,

los amos,

los obedientes.

Caza de brujas

sobre el fango,

canciones fúnebres

al sol.

Mientras en la escarcha,

en la tormenta,

en la arena,

llueven los últimos escorpiones.



Daniel Adrián Madeiro

Copyright © Daniel Adrián Madeiro.

Todos los derechos reservados para el autor.

REFLEXIÓN SOBRE UNA FOTO




Foto Daniel Adrián Madeiro



Yo no soy el de la foto,

soy el que él tiene dentro.

Allí sólo ves la cáscara,

mi envase, lo externo,

lo que usa mi Yo,

lo que llamas cuerpo.

Yo no soy la carne

pegada a los huesos;

Yo, tú, todos somos

mucho más que eso.

Así que en la foto,

esa que estás viendo,

no me ves a mí,

vez a mi instrumento;

la máquina humana,

la sangre y los nervios,

con la que te escribe

mi Yo a Ti los versos.



Daniel Adrián Madeiro

MI HIJA...




Foto Google



Mi hija,

su novio,

ambos,

se miran y se cuentan

con sus ojos,

sus besos,

todo el amor que tienen,

que sueñan,

que precisan,

que alborota su vida

y los libra de todo.



Daniel Adrián Madeiro

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ADELA




Foto Daniel Adrián Madeiro



Por mil novecientos doce,

en noviembre, aun primavera,

nacía en Rancul, La Pampa

Doña Estanislada Adela.



No hubo fortuna en su infancia,

que siempre así es la pobreza,

y oyó a payadores gauchos

que aun solían usar espuelas,

y a su alma de niña dieron

pulpería en vez de escuela.



Y escribía como sonaba,

con desmadejada letra,

tanto que entender sus notas

era dura peripecia.



Recuerdo muy bien su rostro

redondo como ciruela,

y rojizo cuando un vino

se agotaba en la botella;



su optimismo ante el dolor,

su admirable fortaleza,

su fe, distinta a la mía,

pero genuina, sincera,

de esa que no trata a DIOS

como si DIOS no nos viera.



Quiso el destino, ya vieja,

compensarle sus carencias

económicas y hacer

que Europa la conociera.



Alemania, Holanda, Francia,

y la Península Ibérica

vieron sus ojos redondos

inundados de inocencia..



Se fue en medio del invierno,

muy entrados sus ochenta,

se fue aunque no lo quería,

que hay que irse aunque no se quiera.



Nombre en su fe de bautismo:

Amado Estanislada Adela.

Su nombre en mi corazón,

tan sólo uno: Abuela.



Daniel Adrián Madeiro

¡Ay, Ese mar!




Foto Daniel Adrián Madeiro




En esos profundos parajes aparecen las oscuras sirenas nocturnas...


Van señalando el camino de las últimas literas, las más seguras,


a todos los marineros


que han descendido de los tifones.





En mares profundos – Harry Martinson



¡Ay, ese mar!

Cómo arrastran las olas

tanta arena indefensa,

tanto insignificante

retazo de la fortaleza.



¡Ay, ese mar!

La marea está siempre

ansiosa por las vidas,

anhelando la sal

de los que lloran.



¡Ay, ese mar!

Bestia insaciable,

sombra voraz

que todo lo quiere,

que todo lo engulle,

hasta al mismísimo

Harry Martinson.



Daniel Adrián Madeiro



Copyright © Daniel Adrián Madeiro.

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EXPUESTOS Y ESPERANDO






Foto Google





























Esa niña tendrá

alrededor de once años.

Su rostro todavía es puro,

su cuerpo se ve delgado.

La miro desde el autobús,

su pelo es castaño y lacio;

viste campera de nylon

y un jean azul despintado.

Vaga errante por la acera

y a aquel que pasa a su lado

le pide alguna moneda.

La niña está mendigando.

Si, esa niña tendrá

alrededor de once años.

Su rostro todavía es puro,

su cuerpo parece intacto.

¿Cuánto le queda al pimpollo

de su rosa, aun cerrado,

para que a humillarlo vengan

perversas y sucias manos?;

¿Cuánto tiempo pasará

pobre y sin perder su encanto?;

¿Cuánto tardará en venderle

a un chacal su cuerpo santo?.

¿Perderá el mundo a una niña

inocente de once años

porque hay pobreza, señores,

y nadie se está ocupando?.

Veo muchas niñas y niños

por las calles suplicando

por míseras moneditas

o por un magro bocado.

Sucede esto en mi país

y en el tuyo, en muchos lados.

Esto que pasa en la Tierra

no debiera estar pasando.

Si me estás oyendo, piensa:

es momento de hacer algo,

que hay niñas y niños pobres

sedientos de nuestros brazos.





Daniel Adrián Madeiro

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Publicación en LE MONDE DIPLOMATIQUE sobre la REVISTA ITACA en la que tuve el honor de participar.




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SOY EL POETA




Foto Google



Soy el poeta,

el absurdo que sueña

que la luna es de plata,

que el mar teje la espuma,

que de néctar y rosas

son los labios amados.

El que estira las manos

y acaricia a los astros

y al bajar a la tierra

se le espantan los sueños

y se funde en el llanto

de los que ya se fueron

y se apiada del triste

y del menesteroso.



Soy el poeta,

un tonto,

un loco,

un inconsciente,

un romántico,

un pájaro,

un grillo,

una cigarra,

mil hojas de papel

plenas de garabatos.



Soy el poeta

y sueño

un mundo diferente,

una amada eterna,

un hombre siempre niño,

unos dioses piadosos,

un humano bueno.



Soy el poeta.

Escribo

lo que no será nunca.





Daniel Adrián Madeiro

Copyright © Daniel Adrián Madeiro.
Todos los derechos reservados para el aut
or.


CÁNTAME






Foto Google





Cántame.


Lanza el fuego.


Que la agitación selle


mi corazón al tuyo.


Atardece en mi cuerpo,


amanece en mis manos,


llueve sobre mi pecho,


graniza en mis cabellos


y lléname de lunas


y soles y horizontes,


esta humana fortuna


de tu amor en mi vida.







Daniel Adrián Madeiro


Copyright © Daniel Adrián Madeiro.


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martes, 19 de octubre de 2021

CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

 

Foto Google


El día que lo iban a matar, Santiago Nasar
se levantó a las 5,30 de la mañana...

Crónica de una muerte anunciada – Gabriel García Márquez

 

Santiago Nasar no sabe
que los gemelos Vicario
lo matarán, aunque a nadie
le entre en su imaginario.
Y camina por la plaza
despreocupado y del brazo
de Cristo Bedoya y pasa
frente a ellos, Pedro y Pablo.
Por los dichos de su hermana,
Ángela, los hermanos,
buscan con muerte venganza
de cuchillos afilados.
Sostienen que fue Santiago
el que deshonró a la hermosa
Ángela, de Don Bayardo
San Román hecha su esposa.
¡Qué frustrada resultó
aquella noche de bodas!.
La novia a casa volvió
al cabo de algunas horas.
Pura Vicario pronuncia
que esta afrenta se borra
sólo si su hija denuncia
al autor de su deshonra.
Y ahí surge sin pensarlo
el chivo que expiará
culpa ajena que Santiago
sin culpa habrá de pagar.
Clotilde Armenta no sabe
con qué argumento evitar
que los cuchillos se claven
sobre el inerme Nasar.
Les ordenará el alcalde
a los gemelos que vayan
a dormir y que se calmen,
y los cuchillos les saca.
Tranquilo se queda Aponte,
siente su misión cumplida,
pero el honor de esos hombres
quería cobrarse una vida.
Volvieron poco después,
afilaron los cuchillos
nuevamente y, esta vez,
no se quedaron dormidos.
Y el pueblo todo ya sabe,
y el que no sabe presiente,
que pronto está el desenlace
que a Nasar le dará muerte.
Santiago desde su casa
va a la de su prometida
Flora Miguel que sus cartas
de amor le devuelve herida.
-¡Y ojalá que te maten!-
le dice y se aleja de él.
Nasar no entiende el dislate,
y habla con Nahir, Miguel.
Se entera así que en la plaza,
por honor, los dos hermanos
de Ángela están a su caza
y piensan ajusticiarlo.
Y saldrá a buscar refugio,
hacia su hogar, más la puerta
salvadora, juego sucio
del destino, no está abierta
como es costumbre, y allí,
fortuito sacrificadero,
llega su vida a su fin,
muerto como en matadero.
Y con las tripas al aire
su mirada irá a encontrar
esas miradas cobardes
que lo dejaron matar.
Se dice que al que madruga
lo ayuda DIOS, mas se advierte
que a Santiago la fortuna
le fue infiel hasta la muerte.


Daniel  Adrián  Madeiro
Copyright © Daniel  Adrián  Madeiro.
Todos los derechos reservados para el autor.

domingo, 10 de febrero de 2013

QUÉ ESTARÁ SOÑANDO...

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Qué estará soñando el niño
que dormita en la vereda,
que lleva los pies desnudos,
toda sucia la cabeza.
Sobre bolsas de basura
su cuerpito se recuesta;
no es de nubes su colchón
ni sus sábanas de seda.
A su inflado vientre sólo
un hambre inmensa lo llena,
y le da gracias al sueño
que lo aleja de la pena.
Pregunté qué sueña el niño
que dormita en la vereda.
Que estúpida mi pregunta
si ese niño ya no sueña.

Daniel  Adrián  Madeiro

Copyright © Daniel  Adrián  Madeiro.
Todos los derechos reservados para el autor.

NECROSIS

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Una necrosis de amor
despertó tu partida,
tu frío y triste adiós.
Mucho más que una herida
sangra. Viene del alma
un grito descarnado,
una jauría que aúlla,
un cuchillo afilado.
Y todo se precipita,
cierran todos los puertos.
No importa cuanto luche
o implore. Estoy muerto.

Daniel  Adrián  Madeiro

Copyright © Daniel  Adrián  Madeiro.
Todos los derechos reservados para el autor.

DIGO DIOS

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Cuando yo digo DIOS
estoy diciendo Todo
y a la vez estoy diciendo Nada;
digo Universo Infinito y Big Bang,
y Agujero Negro tragando una galaxia;
digo Luz y Sombra,
Vida y Muerte;
el Resplandor más fuerte,
la Oscuridad más cerrada;
digo el Desierto más grande que imagines
y a un mismo tiempo
la mayor fuente de Agua.
Digo todo lo que Existe y lo que No,
y por si no fuera clara mi palabra
digo CREADOR, pero no digo nunca
deificación de una cosa creada.

Daniel  Adrián  Madeiro

Copyright © Daniel  Adrián  Madeiro.
Todos los derechos reservados para el autor.

LA PIEDRA PALABRA

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Así es, amigo poeta,
es como tallar la piedra;
suavizamos sus aristas,
transformando su apariencia,
dándole forma a su amorfa
y rústica naturaleza,
hasta que brota lo real
y puedes verle las venas.
Nuestra pluma va tallando:
rostro, manos, corazón,
la piel y sus cicatrices,
y hueso, sangre y tendón.
Un buen poeta hace todo
para ser buen escultor
y golpea hasta que la piedra
palabra emana calor
y vibra y se ríe y llora,
y late al son de su pecho...
y entonces ya no hay más piedra
la palabra se ha hecho verso.

Daniel  Adrián  Madeiro

Copyright © Daniel  Adrián  Madeiro.
Todos los derechos reservados para el autor.

PRIMER MOVIMIENTO DE LA QUINTA SINFONÍA DE BEETHOVEN

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Potente e inesperado, como un trueno en las sombras,
un dolor me galopa la sangre y me abre el pecho;
me rodea inclemente, se relame en mis sobras,
me golpea sin piedad, quiere verme deshecho.

Yo vivía tranquilo hasta hace poco tiempo
pero la adversidad vino a golpear mi puerta,
y no quiero sentir esta presión que siento,
preciso mantener mi esperanza despierta.

Mas la garra violenta del destino me asecha,
me asedia como un tigre oculto en la espesura,
un muro de pesares se levanta y me encierra,
un océano de lágrimas me hunde en la amargura.

Me tropiezo en la huida, pega mi rostro en tierra,
y veo sangrar mis manos víctimas de este embate,
mi cuerpo, ya sin fuerza, se derrumba entre piedras
y mi mente a un recuerdo de amor va a refugiarse.

Solitaria melodía va hacia mí cadenciosa
retrayéndome al tiempo aun cercano de aquella
amada que motivó sonata luminosa,
sonata de noche plácida, hecha en luna y estrellas.

Pero es corta mi dicha como ese amor pasado
y de nuevo golpea la realidad presente,
recuerda que está aquí el dolor inesperado
para herir mi pasión de una vez y para siempre.

Voy de nuevo a refugiarme en lo dulce en mi vida,
los días de juventud con los maestros primeros,
y evoco aquellos años de clásicas melodías
cuando no sabía aun darle libertad a mi vuelo.

Pero implacable, enferma de ansiedad destructora,
como un tifón, la angustia me zumba en los oídos,
se mofa de mi suerte y me la muestra próxima,
robándome la vida al robarme el sonido.

No me rindo, no puedo permitirme ese lujo;
mi genio luchará, no caeré vencido,
el valor me levanta cuando su arenga escucho:
“Las orejas de tu alma reemplazarán tu oído”.

Larga es esta guerra frente a lo inevitable,
me socava la pena del sentido que pierdo,
pero enfrento al destino, sé que puedo trocarle,
puedo abrir mis ventanas, apagar este infierno.

La música no será una vieja compañera,
no habrá ausencia que logre separarme de ella;
ya se metió en mi alma y cabalga soberbia
para cambiar la historia musical de la Tierra.

De nuevo el valor con su arenga me anima:
“Las orejas de tu alma reemplazarán tu oído”.
Y me muestra el futuro, el final de mi vida,
donde cantará un coro a un hombre que ha vencido.

Daniel  Adrián  Madeiro

Copyright © Daniel  Adrián  Madeiro.
Todos los derechos reservados para el autor..

YO, LA SUMA


Foto © Daniel  Adrián  Madeiro 
Yo no visito las tumbas,
no suelo ir al cementerio.
Los que amo no están allí,
pues los que amo no han muerto.

Tampoco, imagino yo,
están con Dios en el cielo,
y aun menos en el infierno
pues si los amo, son buenos.

Están dentro de este envase
hecho de carne y de huesos,
latiendo en mi corazón,
evocando en mi cerebro,

respirando muy profundo
cada brisa de aire fresco
que penetra en mis pulmones
y baja a darles sosiego;

mirándome con cariño,
cuando en mis ojos los veo,
dispuestos a repetirme
algún cálido consejo.

Yo soy la suma de todos
los míos que me precedieron,
sé quienes fueron los últimos,
mas no olvido a los primeros;

no importa no haberlos visto,
cuando me miro los veo;
y aunque esto lo escriba yo
conmigo escriben mis muertos.

Por eso no visito tumbas,
ni suelo ir al cementerio,
los llevo siempre conmigo,
siempre vivos a mis muertos.

Daniel  Adrián  Madeiro

Copyright © Daniel  Adrián  Madeiro.
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ÁRBOL, ESTOY AQUÍ...

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Árbol, estoy aquí,
me apoyo sobre tu tronco.
La sombra tuya me acoge,
tu verdor me da reposo.

Pasa el viento y huele a hierba.
Todo es paz. Estamos solos.
El cielo es celeste y puro,
el riacho fluye sonoro.

Árbol, te contaré algo
que no le he contado a otros,
solos aquí, tú y yo,
quedará esto entre nosotros:
Vendré a beberme tu sombra
cuando se cierren mis ojos.

Daniel  Adrián  Madeiro

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LECHUGUIN, POETA

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Hoy, de mañana, graznaba
mi cotorrita australiana
tras los bronceados alambres
de su protectora jaula.
No soy cotorra y no sé
traducir lo que cantaba,
pero sé que era un poema,
pues todo poeta canta.

Daniel  Adrián  Madeiro

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PALABRAS DE ADÁN A EVA

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El día que en Edén te vi
juré amarte para siempre,
y es verdad, no te mentí;
pero esa astuta serpiente
comenzó a sembrarnos dudas:
¿Es verdad que DIOS ha dicho
que no coman fruto alguno
que haya en este paraíso?;
y le contestaste tú:
DIOS nos permite comer
de todo árbol que crece
en este puro vergel;
sólo del que está en el centro
su fruto nos prohibió ingerir
pues de hacerlo, Él ha dicho:
Ciertamente han de morir”.
Y repuso la serpiente
que aquello no era verdad
que como DIOS nos haríamos
conociendo el bien y el mal.
Y tú probaste del fruto,
y del fruto probé yo,
y nuestros ojos se abrieron,
y el vernos nos sonrojó.
Después DIOS vino y dictó
con dureza su condena:
a ti dolores de parto
por cada hijo que tuvieras;
a mí que ganaría el pan
con el sudor de mi frente;
y a los dos lo ya advertido
por no obedecer, la muerte.
Y ahora, solos por la Tierra,
tú pariendo con dolor
y yo sufriendo el trabajo,
reos de muerte los dos,
no creas que estoy demente
si te repito alma mía
que te amaré eternamente,
pues aquel fruto, ese día,
me mostró el bien y el mal
y aunque la muerte nos lleve
será nuestro amor eterno
porque el amor nunca muere.

Daniel  Adrián  Madeiro

Copyright © Daniel  Adrián  Madeiro.
Todos los derechos reservados para el autor.

TUS BESOS ME BASTAN...

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Tus besos
me bastan para:
estar pleno,
recobrar la fe,
desear mañanas,
sentirme amado,
querer ser bueno,
olvidar penas,
gozar el aire,
levantar vuelo,
guardar silencio,
saberte mía,
saberme tuyo,
mover las piedras
de mi camino
y andar la tierra
mirando el cielo.

Daniel  Adrián  Madeiro

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Todos los derechos reservados para el autor.

LOS BARCOS...

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Los barcos reposan en el muelle.
Corren tranquilas las aguas
del río que les da un sentido.
Sus banderas ondulan
suaves con el viento.
Pescadores con alas
sobrevuelan la corriente.
Llega un barco y a su paso
columpia a los camalotes.

Daniel  Adrián  Madeiro

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SONETO “VALENTIN ALSINA”

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iste otro Riachuelo desde el puente,
guas más limpias con muelles al costado.
os más viejos del barrio aun conservan latente
l pasado cercano de baldíos y bañados.
adie entonces hubiera podido imaginarse
antas casas y asfalto y autos y colectivos,
nvasión de comercios, de fábricas, de bares,
oches en las que Sandro nacía entre los vecinos.

A nuestros hijos dan su candor tus dos plazas:
a Primero de Mayo y la Constitución,
e persignan los fieles ante San Juan Bautista,
nvita la Sarmiento a amar la erudición.
ada falta en mi barrio, en Valentín Alsina,
rrullada por cielo, riachuelo y bandoneón.

Daniel  Adrián  Madeiro

Copyright © Daniel  Adrián  Madeiro.
Todos los derechos reservados para el autor.

EL SEPULTURERO DICE...

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Todo comenzó una tarde,
el sol planeaba ocultarse,
yo jugaba entre los surcos
de la huerta de mi padre.

Redondo, rojo, sangrando,
ya moribundo, un tomate,
agonizaba en el polvo,
era imposible salvarle.
Las hormigas lo rodeaban,
lo desgarraban las aves,
muy pronto se pudriría,
lo suyo era irremediable.

Y me apenó su infortunio,
no poder darle rescate,
verlo esclavo de esa suerte
negra al rojo tomate;
y alguien catalogará
mi historia de disparate;
que ante un fruto muerto esto era
cosa cercana a un dislate,
pero no sólo por esto
mi alma empezó a inquietarse,
sino porque era uno mas
de otros hechos alarmantes.

Comprendí que aparte de
la expiración del tomate,
plagada estaba la Tierra
de muerte por todas partes:
moría el gorrión, la azucena,
el árbol de cacahuate;
fenecía el valor del oro,
si perdía sus quilates;
sucumbía en la mustia rosa
su vivo rojo granate;
por igual buenos y malos
morían en el combate;
la muerte asolaba tanto
al sabio como al orate;
y hasta yo, joven mozuelo,
un día no iba a despertarme.

Se agigantó mi temor,
no era esto insignificante.
Mi mente se percató
de esta cuestión terminante:
que un mismo suceso a todas
las cosas ha de llegarle...
la muerte.

Pero algo bueno a esto malo
al final supe encontrarle;
en ello descubrí un trabajo
que jamás iba a faltarme:
Sepulturero.

En la huerta de mi padre
el sol planeaba ocultarse;
huía con rumbo oeste,
la noche venía a matarle.
Redondo, rojo, sangrando,
ya muerto, cogí al tomate,
y cavé su sepultura.
Quiera Dios que en paz descanse.

Daniel  Adrián  Madeiro

Copyright © Daniel  Adrián  Madeiro.
Todos los derechos reservados para el autor.

EL CIEGO DICE …

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No hay sombra mayor
que estrechos pensamientos,
ni un peligro más grande
que la gris ignorancia.
Comparado con eso
mi eclipse es sol radiante.

No me asusta el oscuro
horizonte ante mis ojos,
sí me inquieta la negra
canción de los soberbios.

Puedo ver el camino
que conduce al desastre
de sentir que se tiene
el mundo en una mano.

Mis ojos ven mas lejos
que los ojos de un hombre
que no sabe vivir
de cara a la alegría.

Mi bastón no refleja
mi visión de las cosas,
mis sentidos intactos
me hacen ver otra esencia.

Quiero ver mas no puedo;
no soy el peor ciego.

Daniel  Adrián  Madeiro

Copyright © Daniel  Adrián  Madeiro.
Todos los derechos reservados para el autor.

LA MENDIGA

Foto © Daniel  Adrián  Madeiro

Esta mujer y su niño
viven vidas amputadas,
se puede ver en sus ojos
que les falta la esperanza.


Quién sabe por qué razón
es la vereda su casa;
por qué la mano extendida
le ruega a todo el que pasa:

Cómpreme, señor, le pido.
Cómpreme, que es poca plata.
Todo seguimos camino
rehuyéndole la mirada.

En sus brazos mece al niño
que sueña con un gigante;
pero se ríen las vidrieras
de que el niño tenga hambre.

La ilusión cae en el cemento
como un castillo del aire:
Se enfrían los sentimientos.
Dios huyó de Buenos Aires.


Daniel  Adrián  Madeiro

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